DIENTE X DIENTE
Justo en ese momento la sangre subió y explotó mi cabeza. Cloro, fue lo único que pensé, cloro.
Fátima había traspasado los límites de mi paciencia. Me sacó una suma considerable de dinero en efectivo que tenía en el primer cajón del mueble de mi habitación, escondido en un sobre adornado con bordes de líneas azules y rojas, según yo “muy bien guardado” entre los calzones y las medias.
Le dí 4 horas para que devolviera lo que no era suyo. Lo devolvió; pero la rabia no se me quitó y en el instante en que la soledad me acompañó, subí como loca al segundo piso y me atrincheré en baño ajeno. Con una mano sostuve el tarro de shampoo de Fátima y con la otra, le vacié el cuarto de botella de cloro que quedaba.
¿Qué es la venganza?
Según la Real Academia Española (RAE), venganza se define como:
Acción y efecto de vengar.
Desquite o reparación de un agravio o daño recibido, mediante la causa de un daño similar o mayor al que fue recibido.
Saturno devorando a su hijo - Goya. 1821
Tenía 8 años cuando Marcela, mi compañera de primaria comenzó a burlarse de mi físico. Un día en clase de artes, el profesor nos dio la instrucción de construir un collage. Mientras recortábamos revistas; Marcela encontró una caricatura que le hizo mucha gracia. Era un señor bajito, regordete y calvo que apuntaba su vista hacia una chica preciosa de cabello enrulado y unos senos extremadamente enormes, ahí iba la exageración. A mi compañera le pareció supremamente gracioso gritarme desde el otro extremo del patio de juegos “¡Así son sus tetas!” para luego reírse a carcajadas y mostrarle la imagen a los otros niños. Pasé días llorando y escondiendome, hasta que la pena y la tristeza pesaron lo suficiente para irse transformando en enojo y semanas después, luego de analizarlo todos los días; decidí meterle en la maleta a Marcela una manilla de cristales azules que me había regalado mi mamá y acusarla con la profesora por robo.
“Ojo por ojo, diente por diente” Lo he escuchado un montón.
En la temporada de mi vida en donde participé como mesera en un restaurante de comida india; mi compañera laboral, Nadia Bengalí, al mes de trabajar juntas se empezó a recostar. Yo, hacía el trabajo de las dos, organizaba los salones de todos los eventos, antes y después. Limpiaba, atendía, y registraba los pagos, pero Nadia Bengalí cobraba el doble y se agarraba las propinas que le correspondían a ella, más las mías. Después de dos matrimonios, la celebración del Diwali, la fiesta de fin de año y las de muchos cumpleaños; un miércoles de desequilibrio, Nadia Bengalí puso su rostro al fuego de la estufa y con las cejas ardiendo en llamas, agarró un cuchillo y me amenazó. Solo fue el susto y en realidad no me pasó nada físico, pero mi caldera interna se llenó y sabiendo que su casa quedaba en Villa-Culo, me pareció sencillito botarle las llaves del carro al contenedor de basura bajo 4 bolsas de desperdicios alimenticios.
Leyendo datos curiosos en internet encontré un portal español que daba la interpretación del refrán: “La venganza es un plato que se sirve frío”, el significado es: Cuando alguien desea tomar la revancha contra otra persona. Suele esperar a estar tranquilo para reflexionar mejor cómo va a hacerlo y que pueda causar más daño.
Compartí mini-habitación con Chantelle, una mujer hermosa de piel negra, pestañas crespas y genio endemoniado. Después de un largo día de trabajo fuerte en la cocina y de restregar neveras tres veces más altas que yo; la princesa Chantelle me recibió entre gritos y acusaciones falsas. Abrió el pequeño refrigerador, metió su mano intrusa de uñas aguileñas entre mis cosas y las empezó a sacar todas. Me dejó los yogures en el piso, el queso y las galletas; para después echarme de la habitación a las dos de la mañana. El volcán erupcionado de mi mente respondió a la falsa iluminación y mientras ella dormía, agarré las tijeras del cabello y corté el cable del único cargador que tenía para sus dispositivos móviles digitales, no sin antes re-envasar todo su tratamiento capilar con olor a coco en el mío, que ya estaba vacío y esconderlo entre mis cosas.
¿Será que eso es un problema?
"La venganza puede ser la forma más dulce de justicia. La venganza, como la memoria, se encuentra en lo más profundo de nuestra alma, esperando su momento." dice doña Isabel Allende en La casa de los espíritus.
Puede ser un problema sin resolver que habita en todos.
Recuerdo que caía la tarde y a través de las ventanas veía de lejos un sol amablemente iluminado, cálido. Por unos minutos olvidé que trabajaba de domingo a domingo sin ningún tipo de descanso, por ocho meses. Ella llegó, y sin pedir el favor me dijo que necesitaba un pedazo de carne bien hecha, cocinada completamente, que no tuviera sangre. Dura, negra.
-Con todo gusto - respondí.
Al llevar el pedido, me lo devolvió.
Me lo devolvió nueve veces más y para la décima le lamí todo el plato. Filete carbonizado sobre saliva fresca. Emplatado, perfecto.
“El señor Wormwood no dejó a Matilda tomar la cena en el salón para leer un libro y ella se enfadó. Una mañana Matilda puso pegamento en el sombrero de su padre. Su padre se puso el sombrero y no pudo quitárselo todo el día.”, parece ser que la pequeña Matilda también quería hacer justicia por mano propia.
Cuando convencí a Viviana de decirme quién me había acusado con la directora del colegio por la venta de dulces dentro de la institución; tenía trece años, cursaba octavo de bachillerato y vi el panorama con cruel claridad. Al descanso fui la última en salir del salón, me aseguré que nadie me viera y saque un pegajoso chicle mascado por horas de mi boca para pegarlo en las hojas del libro favorito de Liliana. La ofensa la sentía masiva y no considerando suficiente el previo castigo, en una distorsionada forma del orden del caos, mi mente se iluminó y al estilo de Kevin McCallister, al día siguiente le metí un laxante en su jugo de maracuyá. Por sapa.
En el Upper East Side de New York, resultó que Jenny Humphrey era Gossip Girl y con una furia silenciosa podía sacar a la luz pública los chismes más oscuros de todos esos que la despreciaron y trataron mal, sutil.
El punto de quiebre fue verla metida en mi entorno.
Nunca logré entender por qué a Damián Perry mi ex-novio gringo, no se le movió una sola fibra de su ser cuando de pensar en el otro se trataba. Me metió a Camila hasta por los ojos. Camila, si, como la reina falsa. Llegando a la tercera temporada de la relación descubrí que Damián Perry me engañaba hacía 6 meses. Camila en el parche de amigos en común, Camila ocupando los mismos espacios que alguna vez había sentido míos, Camila de intrusa en una universidad donde ni siquiera era estudiante; mirándome con pesar y una sonrisita burlona.
Un lunes después de la clase de natación llegué a la casa de Jorge, el entonces “mejor amigo” de mi ex. Llevaba el aroma de la rabia destilada como padecimiento causado por el peso de una ira contenida. Esa tarde entre la pasión destructiva y el control de la situación, me lo devoré.
Pero el titán de titanes será siempre Cronos que anticipándose a la traición. Comenzó a engullir a todos sus hijos tan pronto como nacían.
Con esta nota me disculpo con los principalmente afectados.
Aunque, no lo sé. A veces dejo salir un poco de mi enojo ¡Y siento un fresquito!